domingo, 19 de mayo de 2013

The Holder of Wind (El portador del viento)-33


En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier institución mental o casa de rehabilitación a la que tengas acceso. Cuando llegues a la recepción, pide visitar a aquel que se hace llamar “El Portador del Viento”. El recepcionista entonces se irá caminando, como si nunca hubieras estado ahí. Síguelo. Después de cinco minutos de lo que parecerá una caminata sin objetivo, comenzará a silbar. Si es una tonada que conoces, síguela. Si no la reconoces, intenta recordar los mejores tiempos de tu vida ya que después no sabrás nada más que el dolor infinito de tu infierno personal.

Si te encuentras silbando la misma tonada, el recepcionista se girará a ti y apuntará a un cuarto a tu izquierda. Entra en el cuarto. Dentro estará una ancha pradera llena con interminable pasto largo hasta tus rodillas. De lo primero que te darás cuenta es de una briza tibia y gentil jugueteando por tu rostro. A la distancia, oirás un débil sonido susurrante. Si no oyes el sonido, corre por la puerta y ciérrala tras de ti o la pacifica pradera se convertirá en tu lugar de descanso final.
Si el susurro persiste, cierra la puerta y ésta desaparecerá. Sigue el susurro lo mejor que puedas. Después de unos cuantos pasos, un joven se alzará del pasto, vestido en ropas de granja muy simples. Este hombre sólo conoce la respuesta a una pregunta: “¿Qué los llevó a separarse?”
El hombre te dirá una floja historia. Una historia llena de ilusiones y decepciones, embotada por su acento. Comenzarás a sentirte cansado y quizá quieras recostarte en el pasto y dormir un rato, pero no lo hagas. Si lo haces, nunca despertarás de tu letargo.
Una vez el hombre acabe de pasear, te hará una pregunta. “¿Realmente lo quieres?” El sopor inducido junto a la escena te harán querer decir que no, pero resiste y toma las campanas de viento que te ofrece. La puerta por la que viniste aparecerá frente a ti, permitiéndote irte en paz.
Esas campanas son el Objeto 33 de 538. Cuando el viento causa a esas campanas sonar, otro objeto está cerca, como el fin de toda esperanza.