sábado, 18 de mayo de 2013

The Holder of the Speed (El portador de la velocidad)-32

En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a una institución mental o centro de rehabilitación al que tengas acceso. Cuando llegues a la recepción, pregunta por aquel que se hace llamar “El Portador de la Velocidad”. El trabajador debería quedarse estático. Mira a tu alrededor; si todo lo demás se queda sin movimiento, estás en buen camino. Si no lo está, nadie sabría de tu fallecimiento. Esto hará todo peor.
Te darás cuenta de que los movimientos y las respiraciones, vuelven gradualmente, pero aumentando su dificultad; es de esperarse, ya que el aire lentamente se queda sin movimiento. Deberás explorar cuidadosamente los pasillos a tu alrededor, pensando sobre tu primer gran fallo; pero estate advertido de que, si te tomas demasiado, te sofocaras.

Tu objetivo es encontrar a un niño que aún se mueve, entre todas las figuras como estatuas a tu alrededor. El niño se te acercará con una pelota, entregándotela. Pon atención a la forma en la que la pelota es entregada. El niño declarara “Tú lo eres” Y entonces correrá fuera del cuarto, siempre riendo.
Lo que tienes que hacer es regresar esa pelota. Ten cuidado de no ser engañado por el eco de la voz en las paredes, el tiempo desperdiciado significa que estás más cerca de una muerte por asfixia. Mientras el tiempo pase el aire será más difícil de cortar, requiriendo una fuerza más grande; el calor lentamente abandonará tu cuerpo, gotas de agua perforarán tu piel. Más bien, serás cegado, ensordecido y similarmente mutilado durante esta persecución. Tu visión será dañada como todo, dejándote lentamente en sombras, e incluso la luz misma eventualmente está llegando a detenerse.

Si ciertamente encontraste al niño en uno de los pasillos, bajo un rayo de luz; Puede venir desde una ventana, una lámpara, o alguna fuente de luz similar. Deberás regresarle la pelota de la misma forma en la que se te fue entregada, e intentar escapar, dando continuidad al juego.
Si has pasado, el aire ya no será pesado. Te darás cuenta de que en cada lugar por el que corriste estará dañado en algún grado. Dependiendo de dónde encontraste tu prueba, tendrás que dar muchas explicaciones a la administración de facilidad, y de alguna forma evitar ser encarcelado.
Si fallas, el niño una vez más te regresará la bola tan pronto la hayas entregado. Te declarará “Tú lo eres” y correrá por los pasillos. Probablemente morirás perforado por la humedad del aire y sofocado antes de llegar al infante una segunda vez.
Tu nueva habilidad para encontrar cosas es el Objeto 32 de 538. Mencionar al niño a otros al principio creará desdén y ridiculización. Mencionarlo una segunda vez es invitar a tu fallecimiento en las manos de cualquiera por un disparo en el oído. Si tienes suerte.