martes, 28 de mayo de 2013

The Holder of the Star (El portador de la estrella)-42


En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier institución de salud mental u hospital y, en la recepción por uno que se refiere a sí mismo como el “Portador de la Estrella”. El
empleado te mirará a los ojos con una mirada ufana de desprecio por varios segundos. Si no ve la voluntad de tu corazón reflejada en tus ojos, se reirá con arrogancia. Si lo hace, huye, o guardias te capturarán y encerrarán en una estrecha celda, donde oirás la risa del hombre en tus horas de conciencia y sueños durante el resto de tu vida. Si ve la voluntad en tus ojos, se levantará y te guiará por un pasillo. Se detendrá en la puerta de una celda entregándote la llave, y sin decir nada se alejará. Con la llave en mano, agarra la manija y gírala lentamente, no tiene seguro.
En lugar de una celda detrás de la puerta, hay una sala, con poca luz. Entra al corredor y pon seguro a la puerta tras tuyo. Al caminar por el pasillo, oirás la risa de niños jugando; esto mezclado con apasionantes cantos de monjes extranjeros. Rápidamente las risas se tornarán en gritos y los cantos en maldiciones. Mientras escuches estos sonidos estarás a salvo, pero si tu coraje se tambalea, y el menor temor surge en ti caminando por ese corredor, los sonidos se detendrán, y si esto sucede, cierra los ojos y reza para que la horrible criatura que acaba de despertar tome tu vida en su primer bocado. Si sobrevives a este corredor, deberás llegar a una pequeña puerta cerrada. Las luces disminuyen a tu alrededor hasta que todo lo que puedes ver es la puerta. Cuando todo esté oscuro, usa la llave que te dieron y abre la puerta. Entra y encontrarás una pequeña y oscura celda. Verás un hombre, encapuchado con una
túnica de color rojo, sosteniendo una vela y con sus ojos cerrados mientras canta. Se sienta en el centro de un pentagrama dibujado con sangre roja brillante. El hedor que produce te hará querer vomitar, pero no te atrevas a hacerlo. Detrás del hombre habrá una roca ardiente. No mires directamente a la piedra por mucho tiempo, o te quemará la mente y enviará tu cuerpo a una eternidad de fuego. En lugar de eso, mira la vela y escucha lo que este personaje te tiene que decir.
Él sólo responderá a una sola pregunta: “¿Qué debe hacerse para completar su tarea?” El hombre parará su canto, te dará 5 nombres y pronunciará cinco preguntas. Luego te dirá que debes averiguar por tu cuenta cuál nombre coincide con cuál pregunta. A continuación, tomará con su dedo índice la sangre del pentagrama y escribirá en la pared la siguiente fórmula: Una llave + un libro + una pluma + una palabra escrita en una forma que casi ilegible = un libro abierto con tres óvalos dibujados a su alrededor. Se reirá cálidamente y volverá a su lugar. Te entregará la piedra que sigue ardiendo y de atrás de su bata sacará un corazón que aún late. Con todas tus fuerzas, aplasta el órgano hasta que no lata por más tiempo. Dentro de la malla de carne se encuentra una pluma antigua. Cuando mires hacia atrás, encontrarás al viejo muerto, con una mirada serena en su rostro. Dale a este hombre el honor final de cerrarle sus ojos vidriosos eternamente, y sal de la habitación. La oscuridad te envolverá y cuando se vaya, te encontrarás fuera del hospital.
La pluma en tus manos, no necesitará nunca recarga de su tinta roja. A pesar de que la pluma no te toque, te darás cuenta de que es tu sangre que drena a través de la pluma sobre el papel. Nunca permitas que este objeto sea destruido, una muerte horrible y lenta te sobrevendrá. Pero mientras lo tengas en tu posesión  oirás susurrando cantos dentro de tu mente hasta que mueras o éste cumpla su propósito.
La pluma es Objeto 42 de 538. Con él, escribirás en el maldito tomo con tu propia sangre, pero hacerlo sería una locura. Es tu decisión de continuar su trabajo, o destruir la posibilidad de que los objetos vuelvan a estar juntos.