En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier institución de
salud mental o centro de reinserción social al que puedas llegar. Al
llegar a la recepción, pregunta sin vacilación por visitar a alguien que
se llama a sí mismo The Holder of Damnation. El
secretario espantosamente se negará a tener conocimiento de tal cosa,
pero secretamente te deslizará una llave desdentada con un “‡” grabada
en ella, y te apuntará hacia un pasillo. Al final de este pasillo habrá
una puerta, cuyo pomo está hecho de piedra, que es mas negra que la
noche más oscura, y si la tocas, sentirás como si tu alma estuviera
siendo drenada.
Al entrar por esta puerta, estarás en un pasillo bien iluminado. Las
paredes están decoradas con dibujos del estilo de un niño, representando
los sueños de un niño. No mires a estos dibujos, pues su aspecto
agradable, no es más que una máscara, escondiendo su verdadera
naturaleza. Si pasas una mirada en ellos, seguramente será lo último que
verás, pues tus ojos serán lo primero en irse. El techo de este pasillo
gotea sangre. Si miras arriba, y créeme, es algo que no querrás hacer,
verás los cadáveres destripados de cientos, no, miles de niños, clavados
al techo en sus propios huesos.
Si llegas al final del pasillo, encontrarás una puerta de hierro
macizo. Al nivel del ojo, habrá una pequeña placa que se puede deslizar.
Toma la llave que te fue dada y sostén la parte sin desdentar en tu
mano, con el “‡” cubierto y apuntando directamente a la placa. Cierra
los ojos y da un golpe seco a la placa. Escucharás que se desliza.
Resiste cualquier tentación de mirar, pues si lo haces, será tu fin.
Espera diez segundos, cuéntalos cuidadosamente. Si la llave no cambia,
corre. Corre lo más rápido que puedas y solo detente cuando tus piernas
no puedan ir más lejos.
Si sientes que la llave cambia, sin embargo, espera hasta que oigas
que la placa se desliza nuevamente a su lugar y abre los ojos. En su
lugar, habrá un candado gigante. Desbloquéalo con tu recién cambiada
llave, y rápidamente entra al cuarto, cerrando la puerta detrás de ti.
El Holder de la Condenación desprecia la luz.
Estarás en un cuarto oscuro. No hay luz en absoluto, pero escucharás a
alguien respirar con dificultad desde el rincón más lejano. No te le
acerques, y no hables. Las únicas palabras que no te llevarán a la
muerte son: ¿Quién fue el primero que las unió?
Cuando preguntes, escucharás una voz, ni de hombre, ni de mujer,
hablando en tu mente. Pronto se dará por vencido en su discurso, y las
imagenes que creará en tu mente serán horroríficas.
No grites, pues lo verá como un signo de debilidad, y terminará con
tu existencia en una forma que sólo un criminal loco podría comprender.
Si soportas su historia, te darás cuenta que puntos de luz han aparecido
en la habitación. Un silbido llenará el lugar, y aumentará en el grito
mas horrendo que hayas escuchado, mientras cada punto de luz se enciende
más, alumbrando la habitación. Cuando la luz pierda intensidad, podrás
ver los restos del Holder en una esquina. No te acerques para verlo, las
serpientes muertas que yacen junto a él todavía pueden morder. A tus
pies, encontrarás una pequeña bolsa de terciopelo. Contiene una estrella
de cristal impecable.
La estrella es el Objeto 63 de 538. Si se la deja brillar, su luz volverá loco a quien la ve.
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