En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier institución de salud mental o centro de
rehabilitación al que tengas acceso. Al llegar a la recepción, pide visitar aquel que se hace llamar “El Portador del Sacrificio”. Una mirada de felicidad a continuación debería reflejarse en el rostro de los empleados, pero no te darán más respuesta. Solicita dos veces más. A continuación, otro miembro del personal te llevará a la planta más alta del edificio, y un piso más alto. Será en una sección no utilizada y parecerá como si se encontrase en construcción. Si oyes los sonidos del trabajo realizándose, demanda hablar con el supervisor. El miembro del personal se dará cuenta de que no te ha engañado y te llevará a la planta real. Escucharás un gemido interminable procedente de las paredes de la zona más alejada. Es de suma importancia que escuches los ecos de este sonido. Si la fuente del ruido cambia, mantente quieto durante 5 segundos y extiende tu brazo derecho, mostrando la palma hacia la oscuridad. Si sientes los bichos más repugnantes en tu brazo, no te inmutes, no grites. Si lo haces, nada podrá salvarte. Si el sentimiento cesa, sigue adelante. Al llegar al final de la sala algo prenderá las luces. La luz revelará miles de cadáveres formados juntos en el suelo, como para mostrar el resultado de los sacrificios que hay que hacer para lograr la propiedad del objeto. Una puerta estará a la derecha. Ábrela.
Una vez que cruces el umbral de la puerta llegarás a una oficina. Un hombre estará sentado frente a ti, en una silla en el extremo opuesto de la habitación. Él hablará por teléfono celular que salpica sangre, pero su voz será inexistente. Sin embargo, una vez que pronuncies la pregunta, él hará una pausa.
“¿Por qué he sido elegido?”
Te extenderá el teléfono ensangrentado. Tómalo y escucha. Una voz ronca describirá los efectos de los objetos, y por qué has sido elegido, y esto te hará temblar incontrolablemente.
Este teléfono es Objeto 48 de 538. Los que pueden tenerlo para escuchar, recibirán la verdad.