miércoles, 22 de enero de 2014

The Holder of Greed- El portador de la Codicia-66

En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier institución de salud mental o centro de reinserción social al que puedas llegar. Al llegar a la recepción, pregunta por visitar a alguien que se hace llamar The Holder of Greed. Si una mirada de hambre voraz viene del trabajador, huye de la institución, pues si no lo haces, serás devorado vivo en la forma más dolorosa posible. Sin embargo, si te da una mirada de aspecto cansado, te llevará a una celda en un corredor que no estaba ahí antes. Las paredes estarán hechas de oro y plata finos, pero no las toques, no sea que devoren tu alma

Al caminar, si en algún momento oyes el sonido de monedas tintineando, detente y grita rápidamente: “¡Todo lo que brilla no es oro!” Si el tintineo continúa, estás condenado por toda la eternidad, y no hay razón para correr. Sin embargo, en caso de que se detenga, continúa.
Finalmente, llegarás a una puerta dorada. El trabajador la abrirá y cerrará sus ojos mientras entras. Cuando entres, la puerta se cerrará tras de ti. Dentro hay un exquisito palacio, hecho a mano, de marfil y oro y maravillas que ningún mortal haya construido o concebido. No te quedes contemplándolo demasiado tiempo, pues si lo haces, el mundo se abrirá debajo de ti, y quedarás eternamente atrapado en un mundo de suciedad y miseria.
Si continúas, el palacio a tu alrededor poco a poco goteará sangre, hasta que una lluvia de sangre caiga sobre ti. Continúa y nunca mires hacia atrás, y no te
detengas. Finalmente, la lluvia cesará, y estarás en una habitación llena de bloques de oro y tesoros. Sentado en un trono de platino, habrá un cadaver, que responderá solamente a una pregunta: ¿Qué es lo que Ellos codician?
Se pondrá de pie y comenzará a contar acerca de todas las necesidades, cada deseo, cada robo. Si logras mantener tu cordura, el cadáver se moverá hacia el tesoro cuando termine su historia. Sin embargo, no toques el tesoro. En su lugar, busca una pequeña moneda de cobre, que está inscrita con un lenguaje desconocido. Al segundo de tocarla, estarás de vuelta en la institución, como si nada hubiera sucedido, con la moneda en tu mano.
Esa moneda es el Objeto 66 de 538. No vale nada y lo es todo.

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