En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier sitio de
construcción o de fundición, que puedas llegar. Al llegar a la
recepción, pregunta por alguien que se hace llamar The Holder of Twins.
Una persona aparecerá de repente a tu lado y el capataz se habrá ido.
Pregúntale a la persona lo mismo, la respuesta será que el trabajador se
ha ido, y que está hablando con su jefe. Él te dirá que ustedes dos
tienen que esperar a que él regrese.
En ese momento, el capataz reaparecerá, aparentemente de la nada.
Amablemente le pedirá a la otra persona que espere mientras te dice que
lo sigas. Hazlo e ignora a la otra persona que esta desobedeciendo al
trabajador y agradece que lo haga, o caminarás hacia tu muerte.
Luego de un corto tiempo, llegarán a una puerta de papel, pero no te
engañes, este papel es más fuerte que cualquier metal que hayas visto.
El trabajador abrirá la puerta, dejándote entrar. La otra persona,
rápidamente te debería seguir. Si no lo hace, reza por una muerte
rápida.
Una vez dentro, ambos se encontrarán en un pequeño paraíso. A pesar
de que veas todo lo que te gusta y amas en este lugar, no toques nada
con tus manos y brazos, pues la belleza rápidamente desaparecerá y la
locura vendrá a tu mente. Simplemente sigue el camino que ves bajo tus
pies y nunca lo dejes.
La otra persona hará lo mismo, y tendrán que caminar. Dile todo lo
que puedas recordar de tu vida y espera que él no responda. Ni tu ni él
querrán saber qué pasa si dejas de hablar en el camino. Por cuatro
horas, caminarán y tendrás que mantenerte hablando todo el tiempo.
Finalmente, verás algo que brilla en el horizonte, deberás quejarte de
un dolor de garganta y dirás que no tienes nada más que decir.
Llegarán a una puerta dorada; mientras más se acerquen, más se
abrirán las puertas. Entra por la puerta y te encontrarás en una
habitación casi oscura, iluminada únicamente por dos velas. Una de ellas
está a lado de un espejo, la otra está a lado de una mochila. Camina
hacia el espejo y mira en él, por más horribles que sean las imágenes
que veas. Notarás que la otra persona camina hacia ti, tu destino será
decidido en los siguientes momentos.
Si él grita: “¡No importa lo duro que sea el trabajo, será llevado a cabo!”,
y luego rompe el espejo, tu destino está sellado. Después que haya
destruido el espejo, sentirás un dolor insoportable y gritarás, por
instinto. Te derretirás en los segundos siguientes. La tarea del otro,
se habrá cumplido.
Pero, si él decide no hacer nada, debes hacer la pregunta: ¿Qué refleja de ellos?.
Ahora verás a la otra persona derretirse lentamente y gritará de forma
inhumana. Soporta los gritos por cerca de un minuto, luego él se habrá
ido, solo quedará la mochila que él llevaba. Ábrela, mete el espejo allí
y regresa a tu casa.
El espejo es el Objeto 60 de 538. Nunca te atrevas a destruirlo.
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