En cualquier ciudad, en cualquier pueblo, ve a cualquier institución
mental o centro de rehabilitación al que tengas acceso. Cuando llegues a
la recepción, pide visitar aquel que se hace llamar “The Holder of
Wisdom”. El empleado reirá por lo bajo y serás guiado hacia un cuarto
vacío. El empleado te dará una llave y dirá que esperes un momento en el
cuarto hasta que oigas el ruido de una campana. Entonces tendrás que
asegurar la puerta; espera hasta una segunda campanada y quita el
seguro.
La puerta se abrirá por sí misma y revelará un largo pasillo, con
todos los colores que quizá o quizá no conozcas pintados en las paredes,
techo y piso. Sigue el pasillo hasta que oigas a una pequeña niña
cantando. Detente, cierra tus ojos y espera donde estás hasta que la
niña acabe su canción, incluso si crees que te llevará a la locura. Si
haces un movimiento, corre. Corre de vuelta a la puerta de donde
viniste, lo más rápido que puedas. Salta por la ventana en el cuarto
donde esperaste antes y quizá puedas vivir. Si no llegases a la ventana a
tiempo, serías arrastrado de vuelta al pasillo por algo que no es una
pequeña niña, tirado en temor hasta que el tiempo mismo acabe, por
siempre sintiendo el dolor de cada alma llevada a una tumba prematura.
Si no te mueves y la canción cesa, eres libre de dar la vuelta e irte
por siempre, o caminar más profundo en el pasillo, hasta que llegues a
una puerta con la figura de un humano. Ábrela con la misma llave que te
fue dada antes, camina dentro y ciérrala detrás de ti. En el centro del
cuarto verás un escritorio con una brillante candela y tras el
escritorio estará sentado un
hombre, con su cara escondida por el
resplandor de la vela. Camina más cerca, pero siempre mantén la flama
entre ti y la cara del hombre; si es que vieses cómo luce, tu mirada
será atada a la suya hasta que tus manos hayan removido cada rastro de
piel de tus huesos.
Detente cuando estés a cinco pasos del escritorio. El hombre
levantará su mano y te hará un gesto para que te acerques, pero no des
ni un paso más allá. Cierra tus ojos y haz sólo una pregunta, nada más.
“¿Quién los pondrá juntos de nuevo?” Oirás al hombre levantarse de la
silla y comenzará a rezar. Es un lenguaje que no entenderás al
principio, pero después de dos minutos, oirás un nombre. Si escuchas
“Anubis”, entonces reza por una muerte rápida. Si es “Thor” lo que oyes,
puedes abrir tus ojos. La cabeza del hombre estará en el escritorio,
cortada del cuerpo, pero seguirá hablando. Después de tres minutos, se
detendrá y comenzará a contarte cómo morirás. Describirá cada minuto de
tu terrible muerte, y no podrás moverte en lo que dure. Al final,
describirá al que te robará la vida, e irá en gran detalle sobre por qué
es necesario que te preguntes qué es peor: tú siendo asesinado, o que
te sea permitido seguir viviendo.
Finalmente, la cabeza del hombre parará de hablar. Es el objeto 9 de
538. Está en ti que hacer con el conocimiento de tu muerte, por ahora es
inevitable.
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